El pasado 22 de Marzo confluyeron en Madrid las diferentes columnas de las llamadas Marchas de la Dignidad las cuales llevábamos semanas caminando por todo el territorio del Estado con destino a la capital. Las reivindicaciones son muy claras: NO AL PAGO DE LA DEUDA, NI UN RECORTE MÁS, FUERA LOS GOBIERNOS DE LA TROIKA.
Así bajo el lema pan, trabajo y techo para todas cerca de 2 millones de personas estuvimos en el centro madrileño desde las 5 de la tarde. La noticia mas difundida durante meses en los informativos de los grandes canales de televisión fueron los disturbios producidos al final de la movilización. Los que hemos estado andando así como los que han seguido por Internet las diferentes columnas no damos crédito a este tratamiento mediático: mas de mil personas andando por carreteras andaluzas para reivindicar unos derechos básicos no son noticia?
A pesar de ser ignoradas por los grandes medios no ha faltado SOLIDARIDAD y cariño allá por donde hemos pasado. No ha sido espontáneo ha sido fruto de la organización de fuerzas sindicales, políticas y sociales que secundaban la movilización y que se han volcado en recibirnos, darnos techo y alimentos para continuar hacia nuestro destino.
La experiencia personal ha sido muy gratificante y enriquecedora pero me gustaría poner de relieve otros aspectos del #22M. Como ante la enorme miseria que asola nuestros barrios en todas las ciudades del Estado Español, consecuencia de la claudicación del Gobierno del PSOE y la colaboración del actual Gobierno del PP (sin olvidar a nuestra derecha catalana, CiU siempre de acuerdo) ante la Troika, hemos sido capaces de ponernos en pie de manera masiva y unitaria para decir basta.
Lo importante de esta movilización, aparte de la gigantesca manifestación, ha sido que los pueblos han demostrado que si podemos ponernos de acuerdo bajo un programa de mínimos y unificar las diferentes luchas. Ante el panorama social y político que vivimos creo es indispensable tomar nota y seguir trabajando en esta línea de confluencia, sin sectarismos y bajo un mínimo común multiplicador: la DIGNIDAD de las clases populares. Esto solo ha sido el principio de un despertar de los que menos tenemos, la movilización va a continuar así como la politización de las trabajadoras y trabajadores en su definición mas positiva. Revertir la situación actual es necesario y posible, hay recursos y hay que repartirlos de manera justa.
Quiero finalizar estas líneas agradeciendo el enorme trabajo realizado a organizaciones sociales, colectivos ciudadanos, partidos políticos, sindicalistas, concejales y sobre todo a las personas anónimas que han garantizado que el #22M fuese un éxito y que han hecho posible que las marchantes llegásemos a nuestro destino.
Raül Martínez
Responsable de Organización de EUiA de Terrassa